Así que no nos fijamos en lo visible sino en lo invisible, ya que lo que se ve es pasajero, mientras que lo que no se ve es eterno.
domingo, 23 de octubre de 2011
El designio del ángel
«Al principio veo a un chico entre los árboles. Es más o menos de mi edad, a medio camino entre la infancia y la madurez, quizá tiene sólo diecisiete años. Sólo le veo la nuca, el pelo negro rizado y húmedo que se le pega al cuello. Una extraña luz naranja cubre el cielo por el este. Un fuerte olor a humo. Avanzo un paso hacia el muchacho. La tierra cruje bajo mis pies. El me oye. Empieza a darse la vuelta. Un segundo más y veré su cara. Es entonces cuando la visión me abandona. Parpadeo, y todo desaparece.»
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