Te daré cada trozo de los pedazos de los cachos de mi corazón, que aunque ya los hubieras roto otras veinte veces hubiera merecido la pena con tal de tenerte a mi lado... Y esque prefiero estar a malas contigo pero tener la certeza de que te tengo cerca, a que sepa que estás lejos sin poder oirte.
Cada parte y resquicio de mi alma clama tu nombre, y le dejaré gritarlo alto y claro cada vez que te des la vuelta, porque será en parte la única forma de tenerte todavía atado a mí. Puede que suene egoísta, sí, porque lo es, pero prefiero ser egoísta a que se lo lleve otra cuando pude haber luchado por ser ella.
Cada canción que ronde mi cabeza la cantaré, la dejaré salir y que fluya para que todo el mundo que tenga dudas se entere que tú eres el que quiero. Ésa voz, será firme y orgullosa, sin titubeos y suave.
Le digo al mundo desde aquí, que eres tú el que quiero; que suenen todas las campanas, que los cuetes comienzen, que la música resuene, que rueden las botellas de champagne, tenemos...TENGO algo que celebrar: el mundo lo sabe, y se lo digo sin temor.