- Déjame – susurraste con voz ronca.
Eso decías, pero ¿La verdad querías que te dejara? No, no querías que te dejara caer, querías tan solo una mano para poder levantarte, pero nadie lo notaba, estabas entre esas cuatro paredes, sola, con tu tristeza guardada en tu corazón.
- No te dejare – sorprendida levantaste tu cabeza – Eres mi mejor amiga – acaricio tu cabello.
No podías soportarlo, no podías seguir sonriendo, te dolía, y lloraste, lloraste al igual que la última salida, la última salida que pasásteis juntos.
Así que no nos fijamos en lo visible sino en lo invisible, ya que lo que se ve es pasajero, mientras que lo que no se ve es eterno.
lunes, 16 de enero de 2012
Te extrañaré.
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