Y darte cuenta de nunca le tuviste.
Y darte cuenta de que por mucho lo intentes, nunca vas a ser la que se despierte a su lado, de ser a la que le diga "¿Cómo has dormido hoy, preciosa? Diste muchas vueltas esta noche, me tenías preocupado". De no ser a la que acompañe a casa cada noche ni de ser a la que le dedique ésa cancion que pensabas que no sabía lo tanto que te gustaba.
Y darte cuenta, de que le echas de menos.
Y darte cuenta, de que eres tonta, ¿Cómo vas a echar de menos algo que nunca fué tuyo? Quizás ésas ansias de ser alguien, alguien para él, intentaste ser la chica perfecta para el chico perfecto, pero no diste la talla.
Y, en ése momento, es cuando el rompecabezas se resuelve...Era él el que no supo estar a la altura de lo que pasaba, creía que siempre estarías esperándole y que siempre tendrías tus ojos cerrados. ERROR.
Estaba intentando ser alguien y darlo todo por otra persona que nunca hubiera apostado nada por ella, acabaría siendo "ésa chica", sí, aquella que siempre le andaba suplicando, la que nunca protestó, la que cambiaba todo lo que era por tres minutos a su lado, ¿La recuerdas? ¿Sabes que fué de ella? Es feliz, el chico que sale ahora con ella supo querer lo que tú quisiste cambiar de ella.
